Por Naiara Álvaro
El acceso al Patrimonio Cultural es un derecho universal, pero aunque muchas personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) disfruten visitando museos, en ocasiones sus necesidades son ignoradas. Pero, ¿cómo podemos mejorar su experiencia? Hay muchas pequeñas acciones que pueden tener un gran impacto.
En primer lugar, la señalización adecuada del recinto es clave para permitir la movilidad en el centro. Además, los pictogramas también pueden resultar de utilidad a la hora de facilitar la comprensión y la autonomía de las personas. En las visitas guiadas se recomienda destacar la información relevante en las explicaciones, en lugar de exponer una larga descripción. Por último, las pausas y los espacios también son importantes para impedir que el cansancio aumente y el tiempo de atención disminuya.
De todas formas, implementar todas estas acciones no son suficientes para garantizar una visita agradable. Lo más importante es que los trabajadores estén concienciados en lo relativo a las particularidades de estas personas, puesto que es un trastorno invisible a simple vista.
Imagen: Instituto PENSI
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