Bizkaia es conocida por su gran valor industrial. El patrimonio industrial que se puede encontrar en la provincia, sobre todo en la zona en torno al Nervión, es recuerdo del pasado de la provincia, la cual vivió una gran industrialización que comenzó a finales del siglo XIX.
Uno de los tesoros industriales que se puede encontrar en Bizkaia es Grandes Molinos Vascos. Esta fábrica del sector alimentario, en concreto de la harina, se encuentra en Zorrotza y fue construida en el siglo XX. En 1999, el edificio fue declarado Bien Cultural por el Gobierno Vasco. En 2009 se elevó al nivel de patrimonio calificado porque es una particularidad en Bizkaia ya que las fábricas de pisos, como esta, no tuvieron mucha difusión.
Fue la familia Ugalde, la cual tenía una relación muy estrecha con el sector harinero, quien construyó esta fábrica. El 27 de noviembre de 1920, Federico y Ernesto de Ugalde, de la ¨Sociedad Grandes Molinos Vascos¨, solicitaron el permiso para construir esta fábrica de harinas, almacenes y depósitos de grano, pero a pesar de haber obtenido el permiso para iniciar las obras, el 10 de enero de 1923 Federico de Ugalde solicitó un nuevo permiso para modificar el proyecto. Dicha modificación fue aprobada en septiembre de ese mismo año, y finalmente comenzaron las obras que acabarían un año más tarde. Según Martínez Matía, ¨los nuevos planos, según los cuales el inmueble alcanzaría una altura total, en su parte más elevada, de 33 metros, muestran una profunda modificación de las instalaciones, no sólo en cuanto a su tamaño, sino también, y principalmente, respecto a su apariencia externa. El sobrio pero a un tiempo monumental clasicismo del primitivo planteamiento (tan en relación con los modelos europeos de las últimas décadas del siglo XIX) deja paso a una concepción no menos monumental, dentro del regionalismo arquitectónico que comenzó a expandirse a partir de los primeros años del siglo XX. La elección de este estilo parece muy apropiada para las evocaciones rurales que sugiere una fábrica de harinas, pese a encontrarse situada en una de las zonas de mayor concentración fabril de la capital bilbaína. A través de un lenguaje formal pretende paliarse el impacto que la Revolución Industrial estaba suponiendo en el paisaje cotidiano, de manera que el edificio de "Grandes Molinos Vascos" hace de las referencias al mundo popular la principal preocupación estética de su fachada. ̈
La planta del edificio fue dispuesta en forma de L, de manera que dividía la fábrica en dos partes. Una de las partes está dirigida hacia la Ría, de forma que era la más importante vía de comunicación de las instalaciones. Esto era muy importante para la familia Ugalde y lo tuvieron muy en cuenta desde el inicio de la construcción de la fábrica. De hecho, escogieron hacer la fábrica en esa zona porque así estaban cerca de la ría y del tendido ferroviario, lo que les aseguraba la mejor comunicación posible. La otra parte de la fábrica, la de la izquierda, alberga los silos donde se guardaba el producto. El edificio tiene 5 plantas y dos torres. El piso 5º del ala derecha comunica con la torre de los silos mediante escaleras. La planta baja y el primer piso eran los espacios dispuestos para el almacenaje, lo que dejaba los otros cuatro pisos para fabricar las harinas. Para la fabricación de las harinas, se instalaron 29 molinos en la segunda planta. Acerca de los silos, había un total de 23 silos, quince grandes repartidos en tres filas de cinco y otros ocho en los espacios intermedios. Los silos ocupaban una superficie de 384 m2, con capacidad para almacenar 50.000 quintales de cereal.
El edificio se utilizó para la producción de la harina por 4 años. El incremento del precio del trigo, las malas cosechas y la gran competencia de mercado no hicieron bien a la fábrica de harina.
Actualmente, el edificio se encuentra abandonado. Aunque el Ejecutivo autónomo, cuando lo declararon Bien Cultural calificado, dijera que la antigua fábrica de harina Grandes Molinos Vascos es ¨uno de los principales elementos del patrimonio industrial de Euskadi¨, la realidad es que no se ha puesto el empeño e interés necesario para conservarlo.
El patrimonio industrial es parte esencial de la cultura. Refuerza la identidad de las comunidades y es un factor de integración para las personas que vienen de otros lugares. La industria en Bizkaia ha tenido un gran peso. La industrialización cambió paisajes, atrajo nuevas personas de otras comunidades y creó una nueva identidad con unas nuevas características, costumbres, necesidades y valores. Es por ello que hay que garantizar la conservación del patrimonio industrial, y la fábrica de harina de Zorrotza es parte de nuestro patrimonio e identidad.
Fuentes:
Fotos:
Más fotos de Grandes Molinos Vascos en: Http://www.flickr.com/photos/peopleinpixels/sets/72157594378563124/show/with/253304875/
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