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Las boinas: patrimonio cultural de Euskadi


Hoy en día pocos vascos visten con boina. Quienes la lucen suelen ser hombres mayores. Entre los jóvenes difícilmente podemos encontrar a uno vestido con boina. Eso sí, la boina sigue siendo un elemento fundamental en la celebración de alguna fiesta concreta, celebrando ser txapeldun de alguna competición, o recibiendo la bienvenida por una visita ilustre. Algunas marcas de ropa de Euskadi, como Amarenak (https://amarenak.com/) han recuperado la boina en sus estilismos y outfits, tanto para hombres como para mujeres.



Foto: Facebook


Antes, la boina era un símbolo de la vestimenta de los vascos. De origen desconocido, la boina comenzó a generalizarse en la época de las guerras carlistas, aunque su uso se diera desde antes. Con dichas guerras, las boinas pasaron a ser más que boinas; se convirtieron en símbolo de la identidad vasca.


La boina se convirtió en un elemento diferenciador en las guerras carlistas, sus colores diferenciaban a las personas y bandos a los que pertenecían. Su peso como elemento representativo de los insurrectos carlistas provocó que Baldomero Espartero llegara a prohibir su uso, alegando que el uso de la boina por parte de los paisanos provocaba una confusión ya que fácilmente aparentaban ser insurrectos carlistas. El incumplimiento de esta prohibición llegó a castigarse con la cárcel, pero aún con dicho castigo no se paró la difusión de su uso. El uso de la boina se generalizó en la sociedad y se convirtió en parte indispensable de la vestimenta de los vascos, incluso de la vestimenta de los policías.


Posteriormente, uno de los factores que favorecieron el uso generalizado de las boinas entre los hombres vascos fue la gran producción que se llevó a cabo a consecuencia de la industrialización que vivió Euskadi. Se crearon fábricas de boinas como la Fábrica de Boinas Elósegui en Tolosa, la cual se fundó en 1859, o años más tarde, en 1892, se abrió la Fábrica de Boinas La Encartada, en Balmaseda.


A este respecto, es interesante mencionar la historia de la Fábrica de Boinas La Encartada. Esta fábrica fue creada en 1892 por emigrantes vascos que hicieron fortuna en México y si bien estaba centrada en la producción de las boinas, la fábrica también hacía otros artículos como guantes, bufandas, mantas o pasamontañas, entre otras cosas.


La creación de esta fábrica trajo consigo la creación de un barrio obrero lleno de casas, capilla, escuela, y demás lugares que convirtieron la zona en un espacio para vivir para los trabajadores.


A partir de 2007 la Fábrica de Boinas La Encartada se convirtió en un museo industrial, donde se puede visitar la maquinaria antigua, todos los elementos del proceso de producción, los edificios y el entorno obrero, etc. De esta forma, la antigua fábrica se ha convertido en parte del patrimonio industrial de Euskadi.



Foto: Visit Enkarterri



Foto: Visit Enkarterri


La amplia producción de las boinas trajo consigo la bajada de los precios de este producto, lo que favoreció notablemente su uso entre la población masculina con menos recursos.


Así, la boina, poco a poco y con todo tipo de adversidades, fue ganando terreno en la cultura vasca hasta convertirse en símbolo de la identidad de los vascos. Actualmente, y como bien se ha dicho, la boina carece de la relevancia que tenía antaño, pero mantiene su reconocimiento social como símbolo vasco. Inherente a la identidad vasca, la boina permanece como parte de nuestro patrimonio, expresando mediante la vestimenta nuestros orígenes, historia, identidad y convirtiéndose en una forma de unión de la sociedad vasca.




Fuentes:


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